En abril de 1829 el general
unitario José María Paz desaloja al caudillo cordobés Bustos de
la gobernación de su provincia. Inmediatamente se produce la reacción del
riojano Facundo Quiroga, el cual intenta recuperar el dominio federal sobre la provincia mediterranea. Sin embargo, este último es vencido por el unitario en el mes de junio en La Tablada
y en febrero siguiente en la batalla de Oncativo. Quiroga pierde así el dominio sobre aquella
provincia de una vez y para siempre.
La Liga Unitaria liderada por el "manco" Paz (conformada por las provincias de Córdoba, Salta,
Tucumán, San Luis, La Rioja, Mendoza, Catamarca y Santiago del Estero), amenaza
el poder de los caudillos Lopez y
Rosas que de esta manera, promueven el Pacto Federal (firmado el 4 de enero de 1831 por representantes de las
provincias de Buenos Aires, Santa Fé y Entre Ríos).
El Pacto Federal (mencionado en
el preámbulo de la Constitución Nacional de 1853 como uno de sus antecedentes) se trató
de un acuerdo de mutua defensa ante la amenaza de la Liga del Interior Unitaria y una promesa de
constituir el país federalmente, una vez despejados los peligros que
acechaban el poder de los caudillos.
El 10 de mayo, Paz es tomado prisionero en el noroeste de Córdoba, al momento en que el manco general realizaba un
reconocimiento de terreno, antes de disponerse a enfrentar al gobernador de
Santa Fe, Estanislao López. La posterior derrota del general Lamadrid en la Ciudadela (cercanías de Tucumán)
sellaría el fin de la Liga Unitaria del Interior.
Detención del general Paz, óleo de Francisco Fortuny (Museo Colonial e Histórico, Luján) |
Para el santafesino López era
hora de organizar un congreso constituyente. Sin embargo, el
gobernador de Buenos Aires incumpliendo con lo acordado en el Pacto Federal frustraría dichos planes. El poder real quedó, de esta manera, en manos de los tres caudillos: Rosas,
Quiroga y López.
En diciembre de 1832 Rosas renuncia
a la gobernación de Buenos Aires tras cumplirse el tercer año de su mandato y
de esta forma decide alejarse de la escena política emprendiendo una expedición al
desierto. Juan Ramón Balcarce, héroe del ejército del
norte y federal doctrinario, es elegido por la Junta de Representantes para ejercer el cargo de gobernador.
Balcarce tomó la medida
de restablecer la libertad de prensa vedada por la anterior
administración y en seguida surgieron periódicos que criticaron el desempeño
del estanciero en el desierto. La relación entre ambos referentes comenzó a agrietarse.
Mientras tanto se estaba formando en esos momentos, la Sociedad Popular Restauradora, organización que contaba con la tenaz dirección de la señora Encarnación Ezcurra (esposa de Rosas). El grupo de choque finalmente acabó por producir la llamada Revolución de los Restauradores que terminó con el gobierno de Balcarce en noviembre de 1833. Tras renunciar también su sucesor Viamonte, se hace cargo de la gobernación en forma interina, el doctor Manuel Vicente Maza. Maza era, en esos momentos, uno de los hombres más cercanos a Rosas.
Mientras tanto se estaba formando en esos momentos, la Sociedad Popular Restauradora, organización que contaba con la tenaz dirección de la señora Encarnación Ezcurra (esposa de Rosas). El grupo de choque finalmente acabó por producir la llamada Revolución de los Restauradores que terminó con el gobierno de Balcarce en noviembre de 1833. Tras renunciar también su sucesor Viamonte, se hace cargo de la gobernación en forma interina, el doctor Manuel Vicente Maza. Maza era, en esos momentos, uno de los hombres más cercanos a Rosas.
Finalmente la Junta decide nombrar al estanciero nuevamente como gobernador
de Buenos Aires. La renuncia del líder, que acampaba junto con 2.000 hombres en San
José de Flores, fue inmediata. La razón: no asumiría el cargo sin contar con las facultades
extraordinarias que consideraba necesarias para ejercer el poder. La junta volvió a insistir por cuatro ocasiones sin lograr convencer al hacendado...
El General Quiroga va en Coche al Muere;
El madrejón desnudo ya sin una sed de agua
y una luna torrando por el frío del alba
y el campo muerto de hambre, pobre como una araña.
El coche se hamacaba rezongando la altura;
un galerón enfático, enorme, funerario.
Cuatro tapaos con pinta de muerte en la negrura
arrastraban seis miedos y un valor desvelado.
Junto a los postillones jineteaba un moreno.
Ir en coche a la muerte ¡qué cosa más oronda!
El general Quiroga quiso entrar en la sombra
llevando seis o siete degollados de escolta.
Esa cordobesada bochinchera y ladina
(meditaba Quiroga) ¿qué ha de poder con mi alma?
Aquí estoy afianzado y metido en la vida
como la estaca pampa bien clavada en la pampa.
Yo, que he sobrevivido a millares de tardes
y cuyo nombre pone retemblor en las lanzas,
no he de soltar la vida por estos pedregales.
¿Muere acaso el pampero, se mueren las espadas?
Pero al brillar el día sobre Barranca Yaco
sables, afilo y punta menudearon sobre él;
muerte, de mala muerte se lo llevó al riojano
y una de puñaladas lo mentó a Juan Manuel.
Ya muerto, ya de pie, ya inmortal, ya fantasma,
se presentó al infierno que Dios le había marcado,
y a sus órdenes iban, rotas y desangradas,
las ánimas en pena de hombres y de caballos.
Jorge Luis Borges
En noviembre de 1834 Tucumán y
Salta caen en entredicho rompiendo con el Pacto Federal al que finalmente
habían adherido en julio de 1832. Facundo Quiroga sería enviado a mediar entre
los gobernadores Alejandro Heredia y Pablo Latorre, de
parte del gobierno bonaerense. Antes de aceptar la comisión, el caudillo
riojano pidió consejo a Rosas, quién lo invitó a reunirse con él en San José de
Flores.
En la carta de la Hacienda
de Figueroa (verdadera fuente doctrinaria rosista) el gaucho bonaerense
explicó por qué creía que todavía no era el momento de darle constitución al
país oponiéndose así a las opiniones de los otros dos hombres fuertes
del federalismo: López y el propio Quiroga.
El 3 de enero de 1835 el apodado tigre de
Los Llanos citó a ambos gobernadores en la ciudad de Santiago del Estero pero
dos días después es informado que Latorre había sido asesinado.
El 6 de febrero se reunió con
Heredia, el santiagueño Felipe Ibarra y José Moldes representante de Salta. El
tratado de paz fue firmado pero los gobernadores, a su vez, quisieron asentar en el
documento la intención de organizarse constitucionalmente. El mismo no
sería del agrado de Rosas que finalmente lo rechazaría.
Facundo permaneció unos días más
en Santiago partiendo el 13 de febrero. Ibarra le había ofrecido reforzar su
escolta, pues circulaban rumores…
Muerte de Quiroga, Obra de Cayetano Descalzi |
La desaparición de Quiroga le otorga a Rosas el control de la región de Cuyo y el Noroeste. Ante la situación de alarma, Maza renunció al interinato accediendo a la gobernación el futuro restaurador ahora sí, no solo con facultades extraordinarias, sino con la suma del poder público.
Los hermanos Reynafé serían
colgados en octubre de 1837 en la Plaza de la Victoria sindicados como
responsables intelectuales del asesinato de Barranca Yaco.
Al principal
beneficiario del hecho nunca se le pudo comprobar responsabilidad alguna sobre
el crimen del Facundo.
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