Cabildo de Luján. En él estuvo preso el General Paz entre los años 1835 y 1839 |
“Séame permitido hacer ahora una ligera comparación entre los dos
caudillos bajo cuya férula tuve que sufrir ocho años de prisión: el uno, Rosas,
me mandó libros; al otro ni se le ocurrió que podía necesitarlos. Aquel me hace
conocer francamente sus intenciones; López, taimado y taciturno quiere que le adivinen, y se irrita porque
cree que no puedo comprenderlo, pues para esto hubiera sido preciso bajarse
hasta donde me era imposible llegar. Ambos, gauchos; ambos, tiranos; ambos,
indiferentes por las desgracias de la humanidad; pero el uno obra en grandes
proporciones; el otro, limitado a una esfera tan reducida como su educación y
sus aspiraciones. Rosas fusila ochenta indígenas en Buenos Aires y en un solo
día; López los hace degollar en detalle, de noche y en un lugar excusado. Rosas
pretende que se le tenga por hombre culto, pero haciendo ver que no son para él
una traba las formas de la civilización; López se rebela contra la sociedad siempre
que le da a entender que ha dejado de pertenecer al salvajismo. Rosas quiere el
progreso a su modo, un progreso (permítaseme la expresión) haciéndonos
retroceder en muchos sentidos; López nada quiere sino el quietismo y un estado
perfectamente estacionario. Rosas escribe mucho y da grande valor al trabajo de
gabinete; López aparenta el mayor desprecio por todo lo que es papeles,
imprenta y elocuencia. Por el contrario, López ha sido feliz en los campos de
batalla, y tenía cifrada su vanidad en eso; Rosas no ha aspirado a la gloria
militar, sea por sistema, por otro motivo que no haga tanto honor a su valor
personal”.
Este cuadro pintado con la pluma
del general José María Paz, es uno de los pasajes que está incluido dentro de sus extensas memorias
póstumas. El metódico general nos bosqueja
en este fragmento, algunos aspectos de la personalidad de los dos caudillos federales que junto con el riojano Facundo Quiroga consolidaron el poder denrto del territorio nacional, desde la firma del Pacto Federal en 1831 hasta el año 1835, cuando este último caería asesinado en Barranca Yaco. Al mismo tiempo del deceso del apodado tigre de los Llanos, el santafesino Estanislao López cayó enfermo de tuberculosis y decaído en prestigio dejó el control de la situación al proto-gaucho bonaerense.
El "manco" general Paz comienza su período de cautiverio en Santa Fe a partir de mayo de 1831 al momento de ser capturado en el norte de Córdoba, previo a un enfrentamiento con las tropas de López. A la muerte
de Quiroga, es trasladado hasta la cárcel de Luján dónde pasará encerrado otros
cuatro años. Finalmente pasa el último tiempo en Buenos Aires en libertad, pero
impedido de hacer oposición al régimen de Rosas. Decide escapar a
Montevideo en Abril de 1840 tras temer por su vida, luego de observar las reprimendas con qué el régimen escarmentaba a los rebeldes del Sur.
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