martes, 7 de febrero de 2012

La Farsa del Revisionismo


El revisionismo de la historia. Título tan bien aceptado por el inconsciente colectivo argento, tan políticamente correcto que hasta parece sonar como una sinfonía de Mozart en los oídos de aquellos ‘fans’ del nacionalismo vernáculo.  Parece que lo que alguna vez ocurrió de tal manera, ahora puede ser que haya ocurrido de otra, o cuando es necesario cambiar la mirada de los sucesos del pasado, sobre todo, la mirada crítica, la mirada que juzga.

Vista de la Catedral
Los hechos acaecidos en el pasado van y vienen, se transforman y toman vida. Los políticos y militares del pretérito parecen calzarse nuevamente la casaca militar y poner toda su artillería en defensa de algún interés político presente.

Cambiar la mirada sobre el pasado e interpretarla según la visión actual.

Todo historiador o persona que pretenda interpretar la historia lo va a hacer, indefectiblemente, desde una posición determinada. Es imposible abstraerse del sujeto mismo que emprende la investigación histórica, pero se ha de tratar de ser lo más objetivo y profesional posible.
El trabajo del historiador debe, por una cuestión ética, ser encarado objetivamente. Se deben dejar de lado las afecciones políticas e investigar los sucesos del pasado como si fuesen hechos científicos.
Abstrayendo la personalidad del investigador de la realidad pasada, se logra que el historiador no sea uno más de los  protagonistas de la historia.
Lamentablemente, algunos sectores que se dedican a la investigación historica en la Argentina parecen no comprender la premisa y emprenden la actividad con el más sentido fanatismo. Son verdaderos apologistas de tal o cual personaje y sobre todo pretenden encausarlos dentro de sus consecuciones partidarias del presente.

La simpatía con el pasado

Uno puede simpatizar con algunos actores o sucesos de una época pasada cuando le gustaría que una política similar, por ejemplo, se aplique en el momento actual. O cuando, tal o cual acto o actitud de tal o cual protagonista del pasado, debiera aplicarse en el presente, según la persona que lo interpreta.

La Doma de Otto Grashop

Pero la historia tiene muchas aristas, y una de ellas consiste en que los sucesos que la han conformado, se dieron en un tiempo histórico que no va a volver a repetirse jamás (por una simple definición de lo que es el tiempo). En muchos casos la simpatía puede tornarse confusa y contradictoria. Las identificaciones resultan, a menudo, imposibles. Quienes caen en ellas resultan ser presas de la más quimérica ensoñación. Envueltos en una etérea nostalgia, desearían que ciertos momentos del pasado vuelvan a repetirse, o lo que es peor, quisieran desenterrar a sus muertos predilectos que otrora condujeron con firmeza (y digo firmeza, porque siempre les seduce la más ferrea autoridad) los destinos del país.

La historia se entiende a través de una línea de tiempo en el cual los sucesos y sus consecuencias van cambiando la fisonomía misma de una nación determinada. La Argentina de hoy es tan distinta a lo que era en el siglo XIX, como se puede diferenciar un país de otro con todas sus particularidades. Es decir, el cambio ocurrido a través del tiempo dentro de una región determinada, por ejemplo en la Argentina, produce una transformación de las características tanto sociológicas, económicas y educacionales, que si bien no imposibilitan la comparación, sí impiden una identificación completa de los sucesos pretéritos con los hechos actuales.

El peligro de un revisionismo fomentado por el Estado (léase gobierno… partido oficial)

Cuando el Poder Ejecutivo Nacional rubricó en septiembre, el decreto nº 1880/2011, puso en marcha un proceso de transformación, transubstanciación de los hechos históricos a través de su interpretación.
La manifiesta simpatía del gobierno con la causa rosista es cuanto menos muy curiosa. Si bien es sabido que Rosas como hombre de acción que era, supo ganarse a la gauchada y la adherencia de los sectores más bajos de la sociedad porteña de aquel entonces, por la misma razón que supo oponerse a todo lo que Buenos Aires tenía de refinado y de culto (aunque no se opuso a las riquezas que proporcionaba la hacienda), también es sabido de que Rosas nunca perteneció a ninguna clase popular, más bien todo lo contrario.

Batalla de la Vuelta de Obligado
El gobierno traza un paralelismo en este aspecto, entre su gobierno de corte popular y Antioligárquico con el gobierno de Rosas el cual obtuvo la simpatía de los gauchos, negros y mulatos, quienes no representaban ninguna especie de peligro para su régimen y a quienes supo utilizar dentro de una implacable red de espionaje.
La Oligarquía de la que saben hablar hoy los adictos al gobierno nacional y popular, no son ni más ni menos que los descendientes de aquellos que más se beneficiaron durante el gobierno de Rosas.
A esta clase agrícola ganadera, que ha pasado junto con el devenir del país por diferentes etapas, se la identifica hoy con la oposición de Rosas al partido unitario (oposición muy oportunista y poco fundada en principios, dicho sea de paso).

El hecho aquí es que tenemos dos grupos perfectamente oponibles al día de hoy (gobierno popular por un lado y oligarquía terrateniente por el otro) que pudieran y de hecho lo hacen, identificarse con un mismo actor histórico.
La clase terrateniente se identifica con Don Juan Manuel por el hecho de que fue este de los que más hizo por mantener y acrecentar las riquezas de la incipiente clase (Los Anchorena pueden dar fé). Por otro lado, el gobierno se identifica con el “Excelentisimo gobernador” por su pantomima popular. Y finalmente el gobierno se opone a la clase terrateniente versión soja.
La asincronía es más que evidente.
En este caso el gobierno se encarga de dejar bien en claro en qué puntos hay concordancia, aunque a veces no parece tan así.

La reivindicación política de Rosas presenta un hecho no menor en cuanto a implicancias de estilo doctrinarias.
Se sabe que Rosas gobernó con mano de hierro (y bien afilada) a la provincia de Buenos Aires durante 20 años (repartidos en dos períodos), siendo a su vez el líder de la Confederación Argentina por ese mismo espacio de tiempo, en el que las provincias delegaban en su persona, el manejo de las relaciones exteriores.


Estandartes utilizados hoy en día en las reuniones del instituto de revisionismo nacional


Reivindicar la figura del "Restaurador", significa que se está de acuerdo con los métodos empleados por este.
La falta de garantías y libertades individuales durante los años de Rosas son totalmente asimilables, en cuanto a los medios utilizados, con la última dictadura militar que sufrió la República Argentina a partir de marzo de 1976.
Ajusticiamiento de los hermanos Reynafé
¿Significa que el gobierno está de acuerdo con los métodos aplicados por el tirano del siglo XIX? ¿Acaso no han sido los mismos medios empleados por la dictadura de Videla y compañía, contra la guerrilla de corte marxista y peronista? ¿No vale lo mismo un facón ensangrentado que una picana eléctrica, cuando la mano que la sostiene es mantenida a su vez por todos los medios del Estado y por su consiguiente impunidad?
Uno no puede identificarse con los actores y sucesos del pasado por completo, sino que solo puede hacerlo parcialmente. No se debe caer en el anacronismo de la identificación completa, porque se estaría desestimando el mismo paso del tiempo que divide a las etapas y durante el cual un país sufre determinadas transformaciones que lo hacen completamente diferente del país que fue en un pasado.


 El 3 de Febrero de 1852 el Ejército Grande comandado por el entrerriano Urquiza puso fin a casi dos décadas de un gobierno absolutista, dando así la primera oportunidad a su país de constituirse como una república y tener la constitución tan despreciada por el estanciero y sus secuaces.
Divisa Punzó
Con la nueva etapa constitucional se implementó por primera vez en la Argentina el sistema de partidos políticos, se toleraron las distintas creencias y religiones, se les reconoció amplias potestades a las provincias acentuando el federalismo y otorgándole un marco jurídico sustentado por ley dejando de depender de la arbitrariedad de una sola voluntad.
Se trató de llegar a un consenso entre los tensionados poderes, que terminara con los enfrentamientos entre Buenos Aires y el resto de las provincias. Esto no fácil y el período no estuvo exento de disputas en el plano militar, pero por momentos hubo voluntad de acuerdo y nunca existió el deseo del exterminio completo de la facción política contraria. 
Los mecanismos constitucionales pusieron en marcha un país que durante la dictadura de Rosas había vuelto al coloniaje, al atraso, a la falta de educación; ya que todo se reducía a la ambición de una sola clase estanciera y al vasallaje de muchos otros.

Situarse virtualmente  en favor de Rosas es ponerse en contra de todo lo que somos como Estado, es despreciar la Constitución y la organización consensuada, libre y democrática.

 Lamentablemente, se llega a la conclusión que estos personajes que hoy en nombre del gobierno reivindican la figura de Rosas, aceptan sus sanguinarios métodos de ejercer el poder, que son los mismos medios utilizados por la dictadura del ’76. El gobierno de esta manera se pone en contra de todo el sistema de garantías que le da origen al Estado y que ha dado origen a su propio gobierno, y por lo menos ideológicamente se sitúa en un malsano punto de contrariedad política y en una virtual guerrilla contra su propio Estado constitucional.
Obligado el gran mito nacionalista rosista
¿Se trata de puro e inconsciente fanatismo? ¿De ceguera intelectual? ¿Táctica de sugestión e insinuación? ¿Cuál es el mensaje que se quiere dar cuando se condena fanáticamente a una dictadura y se muestra simpatía por otra? ¿El Nunca Más tan vitoreado por quienes ostentan un cargo de poder y quienes viven de los planes, vale solamente para determinado sector, en este caso el sector peronista?

Insisto en que las implicancias prácticas de esta tendencia a reinterpretar la historia a priori, nos está diciendo que el gobierno que hoy ostenta el poder no tendría ningún reparo en hacer lo que hizo Rosas en aquella época si no hubiera un sistema legal que se lo impidiera. Y esta es la insinuación. Porque no puede pasar por más de eso. Es la guerra ideológica contra las clases medias y altas, ya que manteniendo un 54% de la población en estado de vasallaje alcanza para someter a la no tan despreciable pero insuficiente minoría restante.

El estado se transformaría en esa máquina de avasallamiento de las libertades individuales, y el hecho es que no hay diferencia entre Videla y Rosas, entre un bando y otro, sea de izquierda o de derecha. Aceptar a Rosas es aceptar a Videla, porque a este último no se le ha condenado más que por sus abominables métodos de ejercer el poder. Siendo que, si no hubiese sido así, no sería tan malo ser de derecha, después de todo uno puede buscar su progreso económico mientras que no se infrinjan las normas de convivencia sociales (igualdad de oportunidades).

Yo me pregunto, ¿Quiénes son los revisionistas de hoy? ¿Quiénes son hoy los revisionistas de hoy? ¿Hay lugar para un federalismo estilo Rosas en la argentina de hoy? ¿O solo se trata de anacrónicos nostálgicos cuya simpatía por el super gaucho, no es muy diferente a la que tienen aquellos fanáticos por las películas de la zaga de  Star Wars?
Después de todo, ciertos aspectos de la dimensión intertemporal hacen que pensar en una vuelta del rosismo en toda su amplitud sería tan posible como que Darth Vader gobernara la galaxia. En fin…

Asesinato de Manuel Vicente Maza a manos de la Mazorca - Oleo de B.F. Rawson, Museo de Luján 
De esta manera vemos fanáticos usando el cintillo federal. Insignia que impuso el dictador en el siglo XIX para saber diferenciar a los "patriotas" de los traidores (Traidores a su muy particular causa, a la que por cierto no habían jurádole lealtad), con sus leyendas que piden por la muerte de los “salvajes, inmundos y asquerosos unitarios”. 
Y es que el merchandising del Ilustre Restaurador va en serio. Relojes, bustos simil bronce y réplicas exactas de las divisas punzó empiezan a aparecer en el mercado y se ofrecen por internet en una risueña, por no decir ridícula,  Tienda Federal
Y es que esta aparentemente inocente tienda federal, se encuentra en estrecha conexión (a decir por los mutuos enlaces de sus páginas de internet) con el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas. Una organización que pretende reivindicar a quien murió en Southampton y que es, por supuesto, financiada con los impuestos de los argentinos.

El revisionismo histórico en argentina viene a  rechazar por completo esa historia tradicional y conformista que se enseñó en la escuela durante la mayoría de las décadas, dónde se enseñaba que la Argentina era el granero del mundo, y que estaba dominada por una liga de poderosos, también llamada oligarquía, en la que ellos y nadie más que ellos participaban de las funciones públicas, tomaban todas las decisiones de Estado, y además, se participaban con las ganancias. 
Dentro de este marco de continuo progresismo, el revisionismo, se mofa del período del modelo granero del mundo, rechazándolo por completo sin tener en cuenta algunos hechos positivos que al menos merecen algo de justicia (de los que hablaremos en otro post). La figura del General Roca, símbolo máximo de aquel período y otrora héroe nacional, es hoy uno de los canallas y asesinos más voraces que ha ejercido cargo en el gobierno. Se resaltan las figuras de los caciques aborígenes, quienes merecen mucho respeto, pero no se tienen en cuenta los resultados que se hubieran obtenido como consecuencias, si los mismos no hubieran sido derrotados. En definitiva, toda esta corriente new wave aborigenista peca de una inmensa hipocresía.

Decir revisionismo en la Argentina no nos significa la revisión objetiva de las fuentes históricas. Decir revisionismo en nuestro país es decir una cosa así como Excelentísimo brigadier general e ilustre gobernador de la provincia de Buenos Aires Restaurador de las leyes y héroe de la campaña al desierto Don Juan Manuel de Rosas.



Es así. La nostalgia por la época rosista ha calado hondo en los corazones de algunos argentinos desde que se enteraron que cierto  20 de noviembre de 1845, las  aguas del río Paraná se vieron invadidas por las naves de una potencia extranjera que osó poner a prueba la soberanía nacional.
¡Qué soberanía aquella! La soberanía del degüello y el exilio. De la tiranía, del absolutismo monárquico encarnado en la persona de un estanciero autoritario.
La soberanía de algunos significaba en ese entonces, la muerte o el exilio para tantos otros. Y uno se pregunta… ¿Cuál era la verdadera Argentina? ¿La que detentaba el poder político autoritariamente? ¿La que oprimía a sus ciudadanos que por no pertenecer al partido, pierden su calidad de tales? ¿Acaso no fueron argentinos quienes perecieron bajo el acero de la Sociedad Popular Restauradora?

Había una gran parte de la Argentina fuera de los límites del territorio nacional que no detentaban los derechos de soberanía y no podían practicar sus derechos de ciudadanía.
La conclusión de todo esto es que no puede haber soberanía donde no hay libertad. No la puede haber cuando el país es regido por la mano dura de un tirano, porque en el mismo ataque a esa soberanía aparece la esperanza de recuperar su patria y sus derechos de todos los exiliados.
Aquellos “inmundos unitarios vendidos al oro francés”, solo estaban buscando un aliado para desinstalar un régimen opresor.
La batalla de la Vuelta de Obligado debe entenderse dentro del marco de un enfrentamiento civil, entre dos facciones de una misma nación. Nunca estuvo en cuestión la soberanía que sobre estas tierras se ejercía. (De hecho algunos buques franceses sortearon las cadenas de Mansilla y pudieron comerciar directamente con las provincias del litoral, haciendo germinar algunas ideas en la cabeza de un tal Justo José).
Tal vez sí, estuvo en juego la soberanía sobre un par de islas situadas un poco más al sur y ocupadas por el principal socio comercial del monárquico estanciero. (Habría documentos que avalan una cesión por parte de Rosas a Gran Bretaña).

Una de las columnas en la que se asentó el poder de Rosas fueron las clases más bajas de la sociedad porteña.
D. de Plot (1841) Oleo sobre tela. Colección Museo Histórico Nacional


Pero volviendo al tema de la defensa de la soberanía. No se puede hablar de soberanía solamente porque se defiende un territorio de un ataque extranjero. Sería poner el centro de gravedad en el exterior. Habría que ver qué clase de gobierno defendía esa soberanía. En este caso, lo que se defendía era la continuidad de una política que aplicaba cuchillo al ciudadano opositor (aunque solo lo fuera a los ojos de Rosas). Paradojicamente, no serían los salvajes unitarios quienes derrotarían a Rosas. Seis años pasado el episodio del Río Paraná, el ejército Grande del federal Urquiza hacía su entrada triunfal sobre Buenos Aires.

Con respecto a quien fue nombrado titular del instituto de revisionismo histórico Manuel Dorrego, creado por el arriba mencionado decreto. Uno puede entender como el anacronismo es una de las cualidades imperantes en toda esta movida. Este digno señor ha ido tambaleando de partido en partido, de gobierno en gobierno y de poder en poder. No puede identificarse con su propio pasado, el cual él mismo contradice a cada paso, no le podemos pedir coherencia a la hora de interpretar 200 años de historia argentina. Por lo tanto entendemos que esté al frente de una institución que es de por sí contradictoria.
Declaró en uno de esos programas panfletarios de la TV pública que se situaba “en la vereda de enfrente” (aunque le reconocía algunos logros) del mentor de la Constitución Nacional, Dr. Juan Bautista Alberdi.


El trifásico del dibujante CEO (Muchas gracias por permitirme postearlo)

Uno puede discurrir en métodos pero nunca en intenciones. Pues quienes estuvieron antes de Caseros, despreciaron los colores celeste y blanco, persiguiendo a cada persona que eligiese vestirlos y obligando cada vez más a usar el color sangre entre sus vestimentas.
Precisamente esos colores celeste y blanco son los que hoy cubren el féretro del Exelentísimo Gobernador en su mausoleo de la Recoleta. Los colores de un estado que siempre se negó a formar y del cual fue el principal impedimento durante dos décadas. ¿No sería bueno que en medio de esta ola de fanática remembranza de la causa rosista (y digo causa por pura cortesía) empezaran por cubrir su tumba con los colores federales? ¡Qué vistan el rojo sangre y nos dejen el celeste y blanco a quienes queremos un país tolerante y libertario!

Para concluir voy a decir que es una pena que desde las políticas de Estado se manipulen los hechos del pasado y se dicte la historia en los centros de enseñanza de forma parcializada y militante. La falta de profesionalismo y compromiso con la verdad es un signo de la madurez en que este país se halla.

La historia cumple un papel determinado dentro de la configuración de un Estado que pretende interferir en los derechos de sus ciudadanos.

   
Comedia Federal
El revisionismo así entendido no es lo que la palabra revisionismo en sí, nos indica. Es un transformacionismo de los hechos de la historia presentados en un momento anterior. Transubstancionismo de los sucesos, porque ya se saben las consecuencias a las que se quiere llegar antes de emprender la investigación de los documentos que son las fuentes de la actividad histórica. 
Un revisionismo verdadero significaría que quienes lo emprendan no tengan intenciones de presentar a los actores del pasado como buenos y malos.
Un revisionismo hecho en nombre de la razón, la objetividad y el ánimo de conocimiento. Sin nominaciones. Poner el nombre del coronel Dorrego (al cual no niego los servicios que ha brindado a la causa independentista) es parcializar el estudio, con el cual el mismo pierde todo sentido profesional desde su arranque.



Quien controla el pasado controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado
George Orwell

La historia no la escriben los que ganan sino los historiadores

10 comentarios:

  1. Estimado

    He notado que en su entrada hace uso de una imagen perteneciente a otro blog (http://geala.wordpress.com). Quisiera comunicarle que para hacer uso de esa imagen fue necesario que completar algunos requisitos, una especie de declaración jurada, en el Museo Histórico Nacional. La obra forma parte del patrimonio de ese museo y se busca que el empleo de las imágenes tenga una plena jsutificación y no sirvan sólo como ilustración. Le pediría que si la va a seguir usando por lo menos coloque alguna referencia de la obra y sobre todo su pertenencia institucional.
    Un saludo cordial

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  2. María Ghidoli

    Muchas gracias por avisarme. Efectivamente extraje la imagen del blog que usted menciona, les pido mil disculpas por el error cometido, pero le comento que fue hecho sin mala intención y debido a la inexperiencia de mis primeras publicaciones. He agregado las referencias que me pidió,cosa que realmente me interesa y ya que no lo hice en su momento, quisiera pedirles permiso para seguir utilizando la imágen, estando dispuesto a quitarla si es que así lo disponen.
    Gracias!

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  3. jajajaja Dios mio!, hay ojos que no quieren leer la historia, hay gente que no entiende al Grandisimo Rosas....

    DEFENDIO A LA PATRIA, CON HONOR, CON TENACIDAD Y ES SIN LUGAR A DUDA LA MÁS FUERTE EXPRESION DE ARGENTINIDAD.

    "MIENTRAS SE LEVANTAN ALTARES A SAN MARTÍN, SU ESPADA ESTÁ EN SOUHAMPTON, SIRVIENDO DE TROFEO MONUMENTAL A LA TUMBA DE ROSAS"...J.B.ALBERDI.

    ¡JUAN MANUEL LE DISTE A MI TIERRA EL PURO SENTIDO DE ARGENTINIDAD!

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    1. Estimado;

      Si a usted le parece que las ideas se imponen a punta de lanza, pues bien, por ese camino vamos. Si ser nacional y popular es avasallar las libertades individuales puede que Don Juan Manuel haya sido un argentino representativo de las mayorías.

      No juzgo a Rosas por lo que hizo a los ingleses, lo juzgo por lo que hizo a los argentinos. El argentinismo barato de los pseudo nacionalistas está llevando a este país a la ruina.

      Le recomiendo que lea la historia con espíritu crítico y deje el fanatismo de lado si lo que desea es aprender.

      Saludos!

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  4. Muy bueno!

    Viva el Gral Urquiza!!! Viva la Organizacion Nacional!!

    Podran mentirnos en este tiempo con la historia, pero la verdadera historia siempre saldra a la luz!! viva el federal Procer Urquiza!!

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  5. Rosas el primer Hitler Argentino!! rosas el primer y unico argentino pro ingles que quizo entregar las Malvinas para pagar la deuda externa!

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  6. Maricondas hasta en los comentarios...

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    1. Supongo que sos el mismo anónimo que hizo el comentario anterior. Primero te digo que si vas a insultar deberías dar la cara. De todas maneras esto demuestra tu ineptitud e impotencia intelectual. Es feo no tener argumentos, ¿no? eso le pasa a la gente cuando quiere imponer una opinión a la fuerza. La descalificación se utiliza cuando no se tiene nada útil que decir, y ese es tu caso.
      Este es un sitio de opinión dónde nadie tiene la verdad atada, desgraciadamente para la gente como vos, la verdad es algo que no se puede imponer. Es un lugar adonde los brutos no pueden entrar. Por otro lado... para medir tu grado de hombría quiero suponer que tenés otros lugares ¿no?

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  7. Me gustó mucho su artículo: Demuestra profesionalidad, mesura, respeto y abre los ojos a una realidad necesaria de entender.

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  8. me gusto el articulo. estudio historia y me gusto la busqueda de objetividad al escribir aunque no se alla logrado del todo,es entendible igual. si bien no estoy de acuerdo con algunos puntos, la figura de rosas es hoy en dia muy discutida, pero no soy de ser tan tajante en dar una opinion diciendo "el tirano", "el dictador" lo estudio y comprendo desde un marco historico, y trato de formar una opinion pero siempre con la "cabeza" abierta. Sarmiento es igual que rosas en cuanto a ser una figura muy discutida, no concuerdo con su vision de pais, pero lo veo como, para mi, lo es una figura historica muy discurtida.

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